Por Cinta Martos Silván
Los factores de riesgo psicosocial en el trabajo implican aquellas condiciones presentes en el ámbito laboral que pueden perjudicar la salud de los trabajadores, causando estrés y, más a largo plazo, enfermedades.
Cox & Griffiths (1995) definen los riesgos psicosociales como “aquellos aspectos de la concepción, organización y gestión del trabajo, así como de su contexto social y ambiental que tienen la capacidad de provocar daños físicos, sociales o psicológicos en los trabajadores”. Sin incluirse aquí los problemas personales o familiares que no estén producidos directamente por las condiciones laborales.
El concepto de riesgos psicosociales es diferente al de factores psicosociales, ya que éste último engloba condiciones negativas y positivas del lugar de trabajo que pueden incidir en el empleado.
En cambio, los riesgos psicosociales sólo se centran en hechos, situaciones o estados del organismo que tienen una alta probabilidad de afectar a la salud de los trabajadores.
Así, se entiende que si las empresas son disfuncionales van a dar lugar respuestas de tensión, estrés y problemas de adaptación que más adelante pueden a poner en peligro la salud del trabajador (entendiendo el concepto salud como el bienestar íntegro de la persona, no sólo como ausencia de enfermedad), así como su desempeño en el trabajo.
Sin embargo, los efectos de los riesgos psicosociales pueden ser diferentes según cada trabajador. Por eso se dice que es algo subjetivo, ya que las mismas condiciones pueden ser muy molestas para un individuo, mientras que para otro son aceptables. Afortunadamente, actualmente ya se están llevando a cabo estrategias preventivas en las empresas con el objetivo de evitar y/o eliminar los posibles factores de riesgo psicosociales.
¿Cuáles son los factores de riesgo psicosocial en el trabajo?
Probablemente no todo funcione perfecto en el lugar de trabajo, sin embargo, si se acumulan varios factores de riesgo psicosocial posiblemente los trabajadores comiencen a sentirse frustrados y desmotivados.
Hay una gran variedad de formas en la que una organización o empresa puede ser disfuncional y causar estrés en sus integrantes. Aquí podrás leer una clasificación de los factores de riesgo psicosocial:
Problemas acera del contenido del trabajo
Por ejemplo, se refiere a un trabajo rutinario, realizar tareas que no tienen sentido o desagradables, bajo uso de habilidades, alta incertidumbre sobre el modo de ejecución, etc.
Grado de responsabilidad o control
Se trata del nivel de control que el individuo percibe que tiene sobre cómo lograr los objetivos de su trabajo y sobre las acciones de la organización.
Por ejemplo, que el trabajador no se tenga en cuenta en las decisiones que toma la empresa, de forma que no tiene control alguno sobre los cambios que allí se suceden. Unos pocos son los que se encargan de distinguir qué es lo mejor para la empresa y qué no, ignorando las voces de otros trabajadores.
Tampoco pueden decidir respecto a la carga o velocidad de trabajo, sus horarios, descansos, cantidad o variedad de labores, etc. Al igual que tienen poca libertad a la hora de elegir la forma en la que alcanzar las metas de su puesto de trabajo.
Conflictos asociados a los horarios
Otros factores de riesgo están asociados a los horarios de trabajo. Es decir, que el horario sea muy inflexible, que se trabajen muchas horas seguidas, no disponer de momentos de descanso, horario imprevisible o cambiante, trabajar durante la noche, etc.
Ritmo de trabajo o sobrecarga
Este es uno de los factores de riesgo más estresantes para los trabajadores. Se refiere al exceso de trabajo, tener que hacer las labores muy deprisa y en un periodo de tiempo limitado, trabajo muy intenso que requiere mucha energía, plazos urgentes y estrictos para la finalización de las tareas, etc. Aquí también se incluye la presión para trabajar horas extras.
Malos equipos y mal ambiente
Puede causar también un importante malestar que los instrumentos o el equipo con el que se trabaja sea reducido o no esté en buenas condiciones. Que el ambiente físico sea incomodo, falta de espacio, poca luz, mucho ruido, etc.
Falta de organización
Algunos ejemplos son la falta de comunicación entre los integrantes de la empresa, la falta de apoyo, tareas y objetivos poco definidos y caóticos, etc.
Relaciones interpersonales
Se trata de aislamiento social o físico, poca relación o distanciamiento de los jefes, falta de apoyo social, conflictos entre los trabajadores…
En esta categoría entra también la ayuda que, ofrecida por otros compañeros o superiores, o una mala disposición de estos para atender a los problemas del trabajador.
Problemas en los roles
Es posible que el trabajador tenga dificultades o dudas respecto a su rol en la organización o el grado de responsabilidad que poseen sobre otros trabajadores.
Por ejemplo, puede darse un fenómeno llamado ambigüedad de rol, que significa que el individuo desconoce qué es lo que espera de ella la empresa, ya que su papel no está definido, y, por tanto, no sabe si está haciendo el trabajo adecuadamente o no.
También puede ocurrir que el trabajador tenga que adoptar dos roles incompatibles o que dos grupos en la organización esperan comportamientos diferentes en la misma persona. Esto último se denomina conflicto de rol.
Desarrollo personal o de la carrera
En este caso, existe una paralización en la carrera profesional o incertidumbre respecto a ésta. Aunque se incluye el caso de que el trabajo que se esté desempeñando esté poco valorado socialmente.
Es una amenaza, además, percibir que no existe posibilidad de ascender en la misma empresa, aunque se mejore. Puede ocurrir también que el trabajador sienta que recibe una remuneración que no es adecuada para la formación que posee.
Relación entre el trabajo y la familia
Que no exista apoyo por parte de la familia, o que se den exigencias familiares y laborales que son conflictivas o incompatibles.
Es decir, se refiere a que existan dificultades para mantener un equilibrio entre las demandas de la familia y las demandas del trabajo. Se ha encontrado que la falta de este equilibrio se relaciona con una disminución en el rendimiento laboral.
Por otro lado, si hay conflictos entre la familia y el trabajo, puede ser probable que el afectado abandone la empresa. Esto es porque la percibirá como un impedimento para atender a sus responsabilidades familiares.
Inseguridad contractual
En cuanto al contrato, puede ocurrir que el trabajo sea temporal, que cree una sensación de incertidumbre en el individuo, que sea precario, o que el trabajador perciba que la remuneración no sea la suficiente.
En este sentido, la persona se encuentra en un sentimiento de incertidumbre importante sobre su futuro laboral, principalmente por la inseguridad económica consecuente para él mismo y su familia.
Otro fenómeno frecuente es el estrés por anticipación. Es decir, el trabajador no para de pensar sobre los problemas que tendrá si pierde su trabajo, lo que le genera altos niveles de estrés que pueden ser más dañinos que la pérdida de trabajo en sí. En Francia y España se ha encontrado que los trabajos temporales se asocian con más accidentes laborales (Benach, Gimeno y Benavides, 2002). Además de riesgo de mayor mortalidad, morbilidad y escasa calidad de vida.
Consecuencias de los riesgos psicosociales
Actualmente los factores de riesgos psicosociales se ven acentuados por la situación económica existente en la que predomina la precariedad en el empleo, la inseguridad, los horarios irregulares, la sobrecarga de trabajo, etc. Por lo tanto, cada vez hay más trabajadores afectados.
Esto es importante, ya que los costes derivados de los riesgos psicosociales son exageradamente altos; además de incidir en la calidad de vida de los trabajadores, en el desarrollo de la organización, y en la productividad individual y global. Algunas de las consecuencias que tienen los riesgos psicosociales para los trabajadores son:
– El estrés laboral: supone una consecuencia de los factores de riesgo psicosociales y a la vez, una causa de otros problemas asociados. Por ejemplo, el estrés laboral es la principal causa de la baja y el absentismo laboral, justo después de la gripe.
Según la Comisión Europea, se define como el patrón de reacciones emocionales, fisiológicas, cognitivas y conductuales a condiciones nocivas de la organización, contenido y ambiente laboral. Se caracteriza por un elevado nivel de excitación, acompañado de la sensación de no poder enfrentarlo.
El estrés en sí mismo no es una enfermedad, sino una respuesta natural ante determinadas exigencias del medio que nos rodea. El problema se desencadena cuando el estrés es prolongado y se extiende en el tiempo, lo que ocasiona múltiples peligros en la salud.
– Síndrome de burnout o desgaste: este síndrome se diferencia del estrés laboral en que el agotamiento emocional, más que el físico, es el principal síntoma.
Surge de un estado de estrés crónico; y genera una importante falta de motivación, actitud negativa ante el trabajo y los clientes, frustración, y sensación de estar desaprovechando sus capacidades como profesional.
– Bajo rendimiento en el trabajo: debido al descontento y el estrés, el individuo no puede realizar su trabajo adecuadamente. Si además comienzan a surgir otros problemas de salud, como depresión o dolores musculares, es muy probable que la productividad baje ya que no se encuentra en las condiciones óptimas.
– Poco sentido de comunidad o pertenencia a un grupo: es decir, los trabajadores no se sienten parte de la empresa y, por tanto, se involucran poco en sus actuaciones.
– Violencia: las variadas sensaciones desagradables provocadas por la insatisfacción con el trabajo pueden ocasionar diferentes tipos de violencia contra otros compañeros, jefes y usuarios o clientes.
Se considera violencia cualquier conducta en el trabajo que pueda provocar daños físicos o psicológicos hacia personas de la organización o fuera de ésta.
Como violencia física se incluyen lesiones inmediatas, mientras que dentro de violencia psicológica puede darse acoso moral, sexual o discriminatorio.
En este ámbito también es frecuente el acoso laboral o mobbing, donde el trabajador sufre una auténtica tortura psicológica por parte de otro u otros miembros de la empresa, con el objetivo de atormentarle, y forzarle a abandonar el puesto de trabajo.
– Problemas de salud: cuando a largo plazo las exigencias del trabajo no se acomodan a las necesidades o capacidades del trabajador, o su labor no es recompensada pueden aparecer problemas de salud.
Principalmente es más probable que aparezcan si se acumulan varios factores como descontento con las condiciones de trabajo, estrés, síndrome de burnout, o recibir acoso laboral.
Está ampliamente demostrado que los riesgos psicosociales ponen en peligro la salud de la persona afectada, tanto física como mental.
Por ejemplo, en un meta-análisis publicado en 2008 se revisaron 31 estudios para comprobar si los factores psicosociales positivos o negativos influían en la salud. Se encontró que los factores psicosociales positivos se asociaban con una mejor salud, mientras que se observó que los negativos contribuían al desarrollo de problemas de salud (Egan, Tannahill, Petticrew & Thomas, 2008).
En cuanto a la salud mental, como se ha mencionado, el estrés crónico es la principal consecuencia. El estrés se manifiesta por niveles altos de fatiga y cansancio físico y emocional. Otra señal es que genera altos niveles de frustración.
Unido a esto es habitual que aparezcan trastornos depresivos o de ansiedad, baja autoestima, apatía, problemas de abuso de sustancias, insomnio, falta de concentración, desesperanza, etc.
También es muy común la presencia de conductas parasuicidas (o autodestructivas, como abusar de las drogas, no seguir la medicación o practicas relaciones sexuales de riesgo). En muchas ocasiones, surgen ideas suicidas que a largo plazo pueden conducir a un intento de suicidio real.
Otro trastorno mental cada vez más frecuente en el ámbito laboral es el trastorno de estrés postraumático. Esta condición aparece ante una situación traumática para la persona, que le provoca un miedo o dolor extremo. Finalmente, el afectado evita cualquier situación que le recuerde a aquel trauma, aunque a veces aparezca de forma intrusiva en sus pensamientos o sueños.
En el trabajo suele aparecer en casos de haber sido víctima de conductas violentas, acoso sexual o mobbing. De hecho, en un estudio desarrollado por Rodríguez-Muñoz, Moreno-Jiménez, Sanz y Garrosa (2010) descubrieron que el 42,6% de los trabajadores que sufrieron acoso laboral cumplen los criterios del Trastorno por Estrés Postraumático del DSM-IV-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).
Además, en otro estudio, se ha observado que este mismo trastorno (ocasionado por alguna forma de acoso laboral) puede persistir incluso años después de haberlo experimentado.
Otras investigaciones han explorado los efectos de los riesgos psicosociales en el trabajo en la salud física. Más específicamente provocan fatiga crónica, de manera que los afectados siempre se sienten cansados físicamente, dolores musculares principalmente en la espalda y cuello, dolor de cabeza, afecciones psicosomáticas (cuando el estrés, u otros problemas de índole psicológico provocan síntomas físicos como dolores).
Además, que aumentan la probabilidad de desarrollar problemas cardiovasculares y hacen propenso al individuo a contraer enfermedades infecciosas. Según Taylor et al. (2015), son frecuentes las molestias músculo-esqueléticas en los trabajadores insatisfechos, sobre todo los que utilizan ordenadores durante largos periodos. Parece que esto se debe a la tensión muscular acumulada, descansos poco frecuentes, cambios en la respuesta de estrés del organismo…
Por ejemplo, estos autores indican que una elevada carga de trabajo y un aumento de las exigencias pueden alterar las respuestas inmunes del organismo. Por ese motivo, es más probable que no se recuperen las molestias músculo- esqueléticas y que incluso se contraigan otras enfermedades.
También indican que un alto estrés laboral puede afectar a los trabajadores incluso durante los descansos o después de la jornada laboral, ya que reduce la capacidad del individuo para relajarse en cualquier momento. Por otro lado, se ha encontrado una asociación entre una concentración de cortisol baja en saliva y ritmos circadianos alterados en víctimas de acoso en el trabajo.
Los ritmos circadianos son cambios que se suceden en el organismo durante el día para adaptarse a una rutina de sueño, comidas y actividad. Por último, es importante resaltar que no sólo los que sufren acoso laboral de cualquier tipo en el trabajo se ven afectados. Existen investigaciones que han demostrado que los testigos padecen problemas de salud (física y mental) con más frecuencia, comparados con aquellos que no presencian dichas situaciones en su trabajo.
Referencias
- Ambigüedad de rol como riesgo psicosocial. (s.f.). Recuperado el 2 de noviembre de 2016, de PsicoPreven.
- Benach, J., Gimeno, D & Benavides, F. G. (2002). Types of employment and health in the European Union. European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions, Office for Official Publications of the European Communities, Luxembourg.
- Egan M., Tannahill C., Petticrew, M. & Thomas S. (2008). Psychosocial risk factors in home and community settings and their associations with population health and health inequalities: A systematic meta-review. BMC Public Health, 8:239.
- Guía de prevención de riesgos psicosociales. (noviembre de 2014). Obtenido de Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales.
- INTRODUCCIÓN. ¿QUÉ SON LOS RIESGOS PSICOSOCIALES? (s.f.). Recuperado el 2 de noviembre de 2016, de Conecta Pyme.
- Moreno Jímenez, B. y. (Noviembre de 2010). Factores y riesgos psicosociales, formas, consecuencias, medidas y buenas prácticas. Obtenido de Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
- Rodríguez-Muñoz, A., Moreno -Jiménez. B., Sanz-Vergel, A. I., & Garrosa, E. (2010). Posttraumatic symptoms among victims of workplace bullying: exploring gender differences and shattered assumptions. Journal of Applied Social Psychology.
- Taylor, K. &. (2015). Psychosocial risk factors: what are they and why are they important? Obtenido de Wellnomics.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario